miércoles, 21 de marzo de 2007

Las grullas de la Laguna de Gallocanta (dos)

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Cómo fotografiar las grullas
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El Gobierno de Aragón ha habilitado dos hides de madera de apenas dos metros cuadrados de superficie, que pueden ser ocupados por hasta dos personas. Las condiciones de uso se consginan más adelante.
Estos refugios están a escasos metros de unas charcas de agua dulce a las que acuden a beber estas aves. Estas imágenes corresponden a uno de los bebederos.

Cómo llegar.

Puede establecer el itinerio desde su lugar de origen hasta Gallocanta sirviéndose de las siguientes páginas web:
Guia Campsa
Vía Michelín
No obstante, estas imágenes muestran los itinerarios Barcelona-Gallocanta (416 kilómetros) y Madrid-Gallocanta (243 kilómetros).


Experiencia personal.

Ciertamente, resulta un tanto duro permanecer durante más de doce horas en el reducido espacio del hide, con poca capacidad de movimientos y en condiciones climatológicas que pueden ser adversas.
Por el contrario, si la suerte acompaña, las emociones vividas compensan sobradamente las penurias.
Las grullas se dejan oír al alba, cuando emprenden el vuelo a la búsqueda de alimento. No obstante, un buen número de ellas pasan el día en las proximidades de los hides, alimentándose del pienso allí depositado.
Yo estuve allí a mediados de enero de 2007, en un día con mucha niebla. Oía muy próximos sus estridentes graznidos pero mi campo visual no abarcaba más allá de los dos metros.
De repente, cuando levantó algo la niebla, me llevé una sorpresa inenarrable, sentí una emoción indescriptible, de esas que se presentan pocas veces en la vida.
A escasos seis o siete metros de mi escondite, más de cincuenta grullas comían confiadamente.
Tembloroso, enfoqué a esas gigantescas aves -en aquel momento me parecieron enormes- y empecé a disparar una vez, y otra, y otra...
El resto de la mañana lo pasaron caminando de un lado para otro, en un radio de unos cuatro mil metros cuadrados.
En torno a las doce del mediodía un buen número de bandadas de grullas retornaron a la laguna para beber.
Otro momento apasionante lo viví sobre las cinco y media de la tarde, cuando descubrí que largas hileras de grullas, formando filas de más de veinte metros de longitud, venían caminando hacia el bebedero. Allí, desconfiadas, unas saciaron su sed mientras otras vigilaban la existencia de posibles peligros.
Ya con el ocaso regresaron en grandes bandadas, manchando de grises el rojizo cielo de la laguna, para tomar acomodo en sus salinas aguas, donde reposaron durante toda la noche antes de reemprender su viaje.

Material recomendado.

Teniendo en cuenta que el tiempo de permanencia en el hide supera las doce horas, conviene ser previsor y llevar suficiente material de abrigo aunque después resulte innecesario. Os recomiendo que vayais provistos de lo siguiente:
- El material fotográfico, incluido trípode, baterias y tarjetas de memoria suficientes y malla de camuflaje con las que cubrir las ventanas de observación (hay a los cuatro lados).
- Gorro de lana, camisa o camiseta, jersey de cuello alto, forro polar, plumífero, dos pares de pantalones de algodón o un pantalón de algodón y otro con forro polar, dos pares de calcetines, botas de montaña y guantes.
- Linterna con pilas de repuesto.
- Teléfono móvil.
- Un transistor y/o un libro.
- Comida suficiente, frutos secos y dulces. Un termo de litro con café con leche muy caliente.
- Un botella de plástico vacía para orinar.
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